El capolavoro del artista milanés sigue deslumbrando desde el Siglo XVI; parafraseando a Marta Minujín, yo diría del pionero del surrealismo que destilaba talento, talento, talento.
Giuseppe Arcimboldo fue un verdadero revolucionario, su originalidad lo destaca del resto del mundo pictórico por sus exclusivas representaciones.
Desentrañar la mente de un artista puede llevar siglos pero Arcimboldo es conocido como un manierista, ese período de transición entre 1520 y 1590, cuando se adoptaron algunos elementos artísticos del Alto Renacimiento y que influyó en el período barroco. Un manierista tendía a mostrar relaciones cercanas entre el ser humano y la naturaleza pero ninguno imaginó hacerlo all' uso del maestro.
El pintor que vivió entre 1527 y 1593 dejó una huella de habilidad superlativa. Fue un hombre de ingenio surrealista y humor visual que con destreza única, logró realizar intrincados cuadros utilizando flores, frutas, verduras, raíces, objetos inanimados, libros e incluso peces.
A distancia, sus retratos parecen retratos normales. Sin embargo, al acercarnos distinguimos cómo objetos individuales se superponen de modo especial y logran la forma anatómica de un humano. Todos fueron cuidadosamente construidos por su imaginación. Los objetos ensamblados en cada retrato no eran aleatorios: cada uno estaba relacionado por caracterización pero los críticos de arte debatían si estas pinturas eran caprichosas o el producto de una mente trastornada. En mi parecer, lejos de estar desequilibrado mentalmente, creo que atendió al gusto de su tiempo, de su propio estilo y al de su comitente.
Arcimboldo murió en Milán, ciudad natal a la que regresó después de estar al servicio de los Habsburgo; sus contemporáneos italianos lo honraron con poesía y manuscritos que celebraban su ilustre carrera ya que en vida fascinó a muchos sin embargo, fue malinterpretado como grotesco después de muerto y su herencia fue rápidamente olvidada. Catalogaron su trabajo como absurdo y desconcertante. Es que estaba tan adelantado a su tiempo..!
Su obra mayormente se ha perdido. Cuando el ejército sueco invadió Praga en 1648, durante la Guerra de los Treinta Años, muchas de sus pinturas fueron tomadas de la colección de Rudolf II pero durante su vida artística también creó dibujos de escudos de armas y dibujos para tapices y vitrales que perduran todavía.
Con la llegada del siglo XX y la avant-garde, el creador de las intrincadas figuras fue rescatado por los nuevos artistas. De nuevo sus lienzos fueron considerados asombrosamente intrigantes y hoy es reconocido como el indiscutido maestro antiguo más extravagante de la era del Manierismo.
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Otoño |
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Flora |
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Vertumnus |
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Aire |
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Fuego |
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El Bibliotecario |
Uffff!
ResponderEliminarSi alguna vez pongo una verdulería, ya se cómo acomodar la mercadería!
Eso si, una vez que la acomodé no le vendo nada a nadie!