Como ya habrán notado, por estos días estamos asistiendo a una verdadera Fridamanía.
El lugar que Frida Kahlo ocupa actualmente en la cultura popular se parece a una cruza entre un culto y una marca. Se venden con su imagen desde guantes para horno hasta barbijos y se exhibe su pierna ortopédica como reliquia de santos en su casa y museo, la Casa Azul.
El calvario físico de la artista comenzó a los 6 años cuando cayó en cama, víctima de poliomielitis, y se encarnizó nuevamente a los 18, cuando sufrió otra tragedia con consecuencias catastróficas que la seguirían por el resto de su vida.
En 1925 sufrió un accidente de tránsito y el cuerpo de Frida quedó destrozado. Desde ese momento el dolor y la lucha se convertirían en los temas centrales en la vida de la pintora.
Toda esa frustración, esa desolación emocional y todo ese tormento crónico fue canalizado o aliviado por medio del arte, pintando en un caballete especialmente creado para ella.
Magdalena del Carmen Frida Kahlo Calderón (Coyoacán, 1907- Coyoacán, 1954), fue una pintora y poetisa mexicana de ascendencia alemana y española.
Fue autora de unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades para sobrevivir.
La obra de Kahlo está influenciada por su esposo, el muralista Diego Rivera, con el que compartió su gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas, inspirando a otros pintores mexicanos del período post-revolucionario.
En 1939 expuso sus pinturas en Francia acudiendo a una invitación de André Breton, quien intentó convencerla de que eran "surrealistas", aunque ella decía que esta tendencia no correspondía con su arte ya que no pintaba sueños, sino su propia vida.
Una de las obras (Autorretrato - El Marco, que actualmente se encuentra en el Centro Pompidou) se convirtió en el primer cuadro de un artista mexicano adquirido por el Museo del Louvre. Hasta entonces, la gran Frida Kahlo había pintado sólo privadamente y a ella misma le costó admitir que su obra pudiese generar interés general.
En 1948, Kahlo ya era famosa por inyectar contenido controvertido y profundamente personal en su trabajo. Sus pinturas habían abordado el aborto espontáneo, la angustia y el suplicio físico mediante el uso de representaciones de su propio cuerpo, a menudo sangrando y desnudo.
Pero su obra alcanzó fama y verdadero reconocimiento internacional después de su muerte, a partir de la década de 1970.
El arte tiene ocho milenios pero solamente ella supo retratar la sensación intangible del dolor. Así, de esta forma involuntaria, se convierte en mártir y guerrera. Su rostro, mitificado y santificado, llega hoy a nuevas alturas a causa de la congruencia de su arte con las ideas actuales sobre la política de género y de identidad cultural debido a que se había ganado la reputación de ser una activista abierta que defendía la cultura indígena de México.