La pintura de hadas fue un género de "idilio forestal" que encontró una popularidad renovada en el siglo XIX; estos mundos místicos otorgaron al espectador un escape de la realidad y consuelo de las dificultades de la vida diaria.
John Simmons fue un pintor e ilustrador de miniaturas británico, conocido principalmente por sus acuarelas de hadas, pero, frecuentemente desnudas.
La mayoría de las pinturas son simples pero permitió a los observadores del mundo imaginario experimentar un romance silvestre, un respiro de la austeridad victoriana.