Veo seres humanos en emergencia
pero
con la naricita fría
la niña bracea suave,
soñadora e interiormente,
para enfrentar las demandas de la subsistencia
Se las da de dura
pero su halo de bebota deslumbra
y me genera siempre la misma pregunta:
¿será algún día
de las garras de las penas y las luchas
liberada?
Entre chorritos de agua y
burbujas de jabón
dibuja versos, iniciales de flores
y todo tipo de creaciones
Fantasea sedas antiguas
y los bordados más delicados
imaginando que todo es seleccionado
con mimo desmesurado
Ella es pícara, candorosa,
diminuta, adorable;
a diario se sacrifica
pero
vive en el edén del infierno,
un sitio donde no es retórico el miedo
Es como aquel jazmín que nació
en el lugar equivocado,
en tierra yerma,
en momento no planeado
Hacen splash sus pisadas,
ay... a qué década me regresan?
Muñequita de la marginalidad,
sos el perfecto compendio del desparpajo, la ternura
y la fragilidad
Su delicadeza innata
con los momentos que vive contrasta
Identificar un deseo propio
hasta hace poco no lograba,
y aunque un día pensé que un thriller
frenético contaba
me dijo que por primera vez alguien
la escuchaba
Cada día se sube
al carro de los placeres futuros
mientras sigue limpiando vidrios
sosteniendo un quebradizo andamiaje psíquico,
buceando en su imaginación,
enfrentando el destino
Desde lejos un altanero escorpión negro
vigila en la arena movediza del averno;
aún la rotación del cosmos no la favorece
y con dulce premisa
pide una ayudita
ensayando el arte de la conquista
Expuesta a los juegos grotescos
de la vida cotidiana
lustra el parabrisas
y se va genuina, inocente, con alegría;
se despide agitando su manito
porque le guiñó un ojo verde el semáforo
de "su" garito
Desde el pozo de la realidad
extrae el fruto de su inconsciencia
pero en su monólogo
con salir del infierno sueña
La niña que nos interpela
dice "ya falta menos"
mientras continúa bordando sueños delicados,
a veces farsescos,
a veces dolorosos;
sólo muy pocas veces,
agónicos
♥ Carolina Haus ♥