Hablar de vascos en la Argentina es hablar de un aporte inmigratorio caudaloso y de una gravitación cultural y social que se hace sentir en todo el territorio de la República. Los vascos han estado presentes desde el principio del encuentro, aquí, de dos mundos, en el siglo XVI.
Fundaron establecimientos agropecuarios, contribuyeron a la educación pública y transmitieron una vocación por el trabajo que los puso en la delantera entre quienes llevaron a la Argentina de la Organización Constitucional, en sólo ochenta años, al apogeo de la existencia como Nación.
Es más: sobre una población de 40 millones, 4 millones llevan un apellido proveniente de tierra vasca. Ese fenómeno se debe a que desde la apertura de la colonización europea han llegado vascos de uno y otro lado del Pirineo. A pesar de que los vascos franceses integran una comunidad manifiestamente reducida en relación con su contraparte de España, ha sido alta la proporción de los que arribaron a estas orillas. Recordemos que los vascos y sus parientes, los bearneses, han estado presentes en todos los campos del quehacer argentino.
El pueblo vasco está asentado en Europa desde antiguo, aunque se desconocen sus vínculos con otros pueblos del continente. Su carácter es austero, dedicado al trabajo y apegado a la educación. Dos premios Nobel en ciencias de la Argentina llevan apellidos vascos: Houssay (Bernardo) y Leloir (Luis). Las historias de sus familias son parte de la obra. También se desgranan los orígenes de otros núcleos de la misma estirpe, como la familia del presidente Hipólito Yrigoyen, que había llegado de Francia, o sea, del País Vasco del Norte. De Bayona, como los Houssay, procedieron los padres de Dominga Dutey. Uno se preguntará quién era ella; pues bien, era la abuela paterna de Juan Domingo Perón. Este se casó en primeras nupcias con una hija de vasca, Aurelia Tizón Erostarbe, y en segundas nupcias, con Eva Duarte, vasca por los Duarte y los Ibarguren.
Ciencias, deporte, fuerzas armadas, productores agropecuarios, política, gobierno, arte, educación, literatos, sacerdotes... Ya han pasado cinco siglos de aquel comienzo de una aventura maravillosa en estas tierras. Las diversas etapas del desenvolvimiento de esa comunidad en el país han sido condensadas en un trabajo notable de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay. Había muchas razones para encararlo y no ha sido la menor el hecho de que de 160 centros vascos que hay en el mundo, la mitad se desenvuelva en la Argentina.
Jorge Zorreguieta