El artista parisino Edouard Cabane cultivaba un estilo reservado por eso el misterio envuelve al pintor nacido en 1857, sin embargo me queda claro que era muy talentoso.
Fue alumno de William A. Bouguereau y pintó principalmente retratos pero también realizó desnudos, pinturas de género bohemio y obras religiosas con una mezcla de manierismo, dignidad y sensualidad propia de los venecianos del siglo XVI pero lo que lo llevó a tener gran éxito en su momento fueron las representaciones idealizadas de niños que fueron exhibidas desde 1905.
El retrato de la nena con un gatito es considerada una de las obras maestras más destacadas de Cabane.
Entre todas sus pinturas, la exclusividad casi total remite a la imagen de la mujer. A veces parecen una descripción fotográfica y también, simbólica ya que los retratos, como esencia de vanitas que son, refieren a la fugaz temporalidad de la existencia.