miércoles, 14 de noviembre de 2018

Pinturas que Cuentan Historias, "Las Deliciosas Muñecas" de Auguste Toulmouche

El señor Auguste Toulmouche (1829-1890) amaba contar historias pero en lugar de aplicar la pluma al papel, él aplicó el pincel sobre el lienzo. Compartió el estilo académico de la Académie des Beaux-Arts que dominó el arte francés a mediados del siglo XIX, retrató escenas cuyo centro eran mujeres burguesas en su vida cotidiana viviendo dilemas sentimentales o románticos y de donde se desprende siempre un halo de "intimidad".

Observemos por ejemplo aquella pintura que nos recuerda que los placeres simples como pasear por un parque o jardín y compartir conversaciones en buena compañía, son algunas de las mejores cosas de la vida. ¿Para qué están los amigos sino para escuchar nuestras historias y quejas?  
Son las tres y cinco del reloj de péndulo ¿por qué no ha llegado? Durante el siglo XIX, los relojes de péndulo fueron algunos de los relojes más precisos en existencia. Cualquier hogar que pudiera permitírselo tenía uno de ellos.  
Toulmouche pintó en un tiempo de guerra. Muchos jóvenes oficiales caían en la batalla. El dolor tocó a todos en momentos inesperados. Las personas morían jóvenes; las mujeres durante el parto, también el cólera y la viruela se llevaron las vidas de ricos y pobres por igual. 
Aquella mujer recibe una carta con un sobresalto en el corazón ¿por qué estará tan apresurada? -la carta probablemente contenga palabras dulces; y esa otra imagen donde vemos que la joven la dejó sobre la mesa y se alejó de ella, como si rechazara su mensaje? -no todas las noticias son buenas noticias, ¿estará su prometido en guerra? ¿le habrá pasado algo? Con la prevalencia actual de la tecnología móvil, es muy difícil para nosotros imaginar un momento en el que las personas confíen en las cartas como su principal medio de comunicación a distancia. Hoy la epístola es instantánea pero la fría e impersonal tipografía del mensaje nos hace imposible desentrañar la inquietud, la emoción, los trazos afiebrados o temblorosos de quien escribe, en fin... ya Jane Austen nos recordó lo esquiva que puede ser la perfección.

The Bouquet

The Lost Love

A Garden Stroll

An Afternoon Idyll

Consolation

The Blue Dress

The Letter

The Love Letter

The New Arrival

The Reluctant Bride

Vanity

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