miércoles, 27 de febrero de 2019

El Secreto Mejor Guardado de Edith Hayllar

Mis adorados cisnes, una niña absorta en un libro de cuentos, un jardín lleno de geranios en flor y reuniones en fragantes tardes de verano, son las pausadas escenas domésticas que se convirtieron en el tema de las pinturas de la más famosa de las hermanas Hayllar.

Con esa (presunta) flema inglesa tan apacible y rosada Edith Hayllar (1860-1948) representó el después de actividades deportivas: almuerzo después de cazar o té después de navegar en el lago.

La artista se especializó en escenas costumbristas, y aunque la pintura de género fue vista durante mucho tiempo como una categoría menor, su obra sirvió como documento de la vida de la clase media-alta británica. 
Desde hace mucho tiempo se discute sobre la intencionalidad de este género: algunos historiadores defienden la hipótesis de que se tratase de simples representaciones de la realidad, mientras que otros perciben un doble sentido crítico o moralizante en este forma de expresión. Existen de los dos tipos. Depende de cada autor y también mucho de la época en que se realizaron.

En 1900 la Sra. Edith contrajo matrimonio y dejó de pintar, quedando su talento artístico oculto incluso para los miembros de su familia. De hecho, ni su nieta era consciente de que hubiera pintado algo en lo absoluto; recién se enteró luego de su muerte, al encontrarse con los recuerdos, objetos y tesoros de su abuela.













2 comentarios:

  1. "Contrajo matrimonio y dejó de pintar"... qué mundo loco, no?

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    1. Es que usted no comprende, estimado amigo mio? ahora la felicidad total ella habia alcanzado: ser la sierva del señor marido amado

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