viernes, 28 de septiembre de 2018

Albert Lynch, Glamoroso Eslabón Representativo de la Belle Époque

A finales del siglo XIX, París inició un camino hacia la modernidad; en la llamada Belle Époque -un período de poco más de treinta años-, París fue el imán del mundo, la capital mundial de la civilización y el progreso. El idioma francés era un signo de refinamiento. La Ciudad Luz vivía un momento de gran efervescencia con sus conciertos, ballets, óperas, librerías, teatros, boulevards y talleres de alta costura, era (y sigue siendo) una referencia a la vida intelectual.
De ahí que nuevas costumbres ocuparon el interés de los ciudadanos; los deportes y el mundo del arte también entraron en la vida cotidiana de la clase media dando lugar a la aparición de la gloriosa cultura occidental de la diversión y a un romántico pintor: Albert Lynch, artista nacido en Perú en 1851, quien se mudó a París para estudiar en una de las escuelas de arte más prestigiosas e influyentes del siglo XIX, l'École des Beaux-Arts; gozó gran éxito y falleció en el glamoroso Principado de Mónaco en fecha incierta.















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