James Christensen, ante el Tribunal de las Hadas Mágicas

Una pizca de simbolismo por aquí, un toque de surrealismo por allá y☆☆☆  voilá!  de imaginación, creatividad y fantasía está repleta la obra de James C. Christensen, quizás porque su filosofía era creer para ver. 

Su arte caprichoso con hadas, mariposas, elfos y criaturas míticas incluye personas, lugares y cosas únicas que existen en algún lugar entre los sueños de adultos y los recuerdos de la infancia. 

El artista deseaba que su trabajo se convirtiera en algo más que bellas obras de arte. Su esperanza era poder transmitir un mensaje, alguna inspiración o una simple sonrisa. Decía que usar la imaginación nos podría ayudar a encontrar soluciones para aliviar el estrés de la vida cotidiana, o a obtener un pequeño impulso para ayudarnos a seguir adelante. 

Christensen nació en California en 1942 y se unió al plano celestial en 2017.