A mediados del siglo XIX y principios del siglo XX se introdujo el arte basado en la vida cotidiana, una representación de todo, desde encantadoras señoritas hasta vendedores ambulantes y personas sin hogar.
Los artistas a menudo se vieron profundamente envueltos en las tensiones sociales de la época y buscaron liberarse del imponente historicismo que los había sofocado durante décadas y, con las alas de sus pinceles, echar a volar su impronta.
Este es el caso del maestro Víctor Gabriel Gilbert, un pintor francés que supo captar el ambiente del París que todos tenemos en nuestros sueños. Su punto de vista sobre la vida en los boulevards, los cafés y los puestos de flores se hicieron muy conocidos gracias a su legado de belleza y armonía. El Señor Gilbert (1847-1933) no sólo estuvo influenciado por el realismo sino también por el impresionismo de la Belle Époque y es una inspiración para muchos artistas por la frescura de sus colores serenos y descansados.
Este es el caso del maestro Víctor Gabriel Gilbert, un pintor francés que supo captar el ambiente del París que todos tenemos en nuestros sueños. Su punto de vista sobre la vida en los boulevards, los cafés y los puestos de flores se hicieron muy conocidos gracias a su legado de belleza y armonía. El Señor Gilbert (1847-1933) no sólo estuvo influenciado por el realismo sino también por el impresionismo de la Belle Époque y es una inspiración para muchos artistas por la frescura de sus colores serenos y descansados.
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