sábado, 2 de diciembre de 2017

Una Dulce Aventura

Prometieron no acumular
pasado ni futuro
ni sus historias, ni su educación
sólo los deseos y el presente,
sólo la vida y la pasión

Sus mundos no pueden 
ser más diferentes
y todo lo viven 
como una irrealidad

El último atardecer
ella quedó en libertad de amar
y
prometió que lo hará con nobleza
aunque íntimamente se preguntaba
si todo esto sería verdadera poesía o
sólo respiración agitada

El calor de la voz del rey de corazones 
se impone;
sin duda
es consciente de su apostura
y, cortés,
la lleva más lejos de la línea 
cada vez

-No puedo mantenerme lejos de tí-
abriendo sus brazos dijo
el príncipe guerrero 
con increíble dulzura

Ahora ríen felices, 
y nutriéndose de su luz,
ella vuela hasta la luna
junto al gentil caballero de brillante armadura

Carolina Haus


God Speed! - Edmund Blair Leighton

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