En 1947 Jackson Pollock llegó a un nuevo modo de trabajar que le dio fama internacional. Su método consistía en arrojar pintura de esmalte diluido sobre un lienzo colocado en el piso de su estudio.
Persiguiendo la creatividad pura, en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, surgió una nueva vanguardia artística, particularmente en Nueva York, que introdujo nuevas direcciones radicales en el arte. La guerra y sus consecuencias fueron la base del movimiento que se conoció como expresionismo abstracto.
J. Pollock, entre otros artistas, conscientes de la irracionalidad y la vulnerabilidad humanas, expresaron sus preocupaciones con el arte -hasta ese momento- indefinido.
Cuando Pollock presentó sus famosas "pinturas de goteo" representó uno de los cuerpos de trabajo más originales del siglo y cambió para siempre el curso del arte estadounidense.
La mayoría de sus lienzos se colocaron en el suelo o contra una pared, en lugar de estar fijados a un caballete. A partir de ahí, utilizó un estilo en el que permitía que la pintura goteara de la lata y, en lugar de usar el pincel tradicional, agregaba profundidad a sus imágenes usando cuchillos, paletas, palos. En fin, cualquier cosa menos el implemento tradicional del pintor.
Esta forma de pintar tenía vínculos similares con el movimiento surrealista, ya que mantenía una relación directa con las emociones, la expresión y el estado de ánimo del artista, de modo que mostraba sus sentimientos detrás de las piezas que diseñaba.
Al igual que Vincent van Gogh en el impresionismo, el impacto de Pollock en el movimiento expresionista abstracto estadounidense es tremendo. Creó una nueva escala, una nueva definición de superficie y tacto, una nueva sintaxis de relaciones entre el espacio, el pigmento, el borde y el dibujo con una estructura sin precedentes, poderosa y fabulosamente intrincada.
Dichos métodos llamaron rápidamente la atención de los medios de comunicación. En agosto de 1949, la revista Life publicó un artículo que planteaba la pregunta: "Jackson Pollock: es el pintor vivo más grande de Estados Unidos?" el texto era a la vez burlón y respetuoso.
El pintor sufría por la recepción de su arte. Debido a las críticas y en la cima de su fama, abandonó abruptamente la técnica nunca vista antes.
Su trabajo se tornó más oscuro, incluida una colección pintada en negro sobre lienzos sin imprimación. Estas pinturas han sido referidas como 'Vertidos Negros' y cuando las exhibió en la Galería Betty Parsons; ninguna de ellas se vendió. Fue un fracaso total.
Entonces volvió al color pero ya fue visto más seriamente como uno de los vanguardistas más destacados que comenzaban a surgir.
Como muchas otras figuras, los problemas que sufrió el artista en su vida personal, su lucha contra el alcoholismo y su prematura muerte a los 44 años de edad, lo elevaron al podio de superestrella logrando por fin el status legendario por el que se lo conoce en el mundo del arte en la actualidad.