La tradición de servir ñoquis los días 29 de cada mes tiene su origen en una leyenda basada en la historia de San Pantaleón, un joven médico de Nicomedia -actualmente Turquía- que, tras convertirse al cristianismo, peregrinó por el norte de Italia difundiendo la doctrina cristiana y realizando milagrosas curaciones por las que fue canonizado.
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Santo y mártir, patrono de los enfermos y de Venecia |
La historia se remonta a la Edad Media, época en la cual los ñoquis eran una de las comidas habituales de los humildes campesinos italianos (aunque supongo que no estaban hechos de papas, ellas son oriundas de América y no las conocían todavía) y da que cuenta un día 29 de diciembre Pantaleón, hambriento y vestido con andrajos luego de peregrinar durante varios días, tocó a la puerta de unos campesinos vénetos para pedirles un poco de pan. Estas personas, conmovidas por su aspecto, lo invitaron a compartir su mesa con lo único que tenían: gnocchi. Agradecido por poder saciar su hambre, el médico les anunció un año de pesca y excelentes cosechas, profecía que, finalmente, se cumplió: "Será un año de abundancia y prosperidad para ustedes", les dijo.
Una vez que el santo se fue, la familia encontró debajo de cada plato unas monedas de oro; se había cumplido la profecía y fueron mucho más prósperos. Desde entonces, se repite la tradición de comer ñoquis cada 29 recordando el angelado episodio y como símbolo y deseo de prosperidad y bendición.
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Rico, rico! |
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