Dale al Rosa una oportunidad y él te llevará al Reino del Romance - El Rosa en la Pintura

Recordemos el Cadillac de Elvis Presley o el vestido que abraza la figura de Marilyn Monroe en "Gentlemen Prefer Blondes", ambos comparten un hilo común: el color rosa. 
La forma en que la sociedad lo percibe cambia a lo largo de los años; se lo ha considerado masculino, femenino, erótico, glamoroso, kitsch, sofisticado, vulgar, transgresor... el rosado siempre parece ser un color en transición. 
Sin dudas se trata de uno de los colores más controvertidos y divisivos.

En cuanto a mí, su energía me parece amorosa tendiendo hacia lo sublime, y representa un signo de esperanza. Es un tono inabordable; es extra-espectral; me parece reconstituyente y edificante.

Pero, aunque casi siempre está asociado con reinos maravillosos, flores, niñas, el mundo de las muñecas, el algodón de azúcar, la suavidad de un pompón, y toda la dulzura y fantasía del mundo, lo cierto es que el rosa suscita emociones muy fuertes, ya sean buenas o malas; incluso en la pintura.

Obra de Milo Lockett

Obra de Kostantin Razumov

The Pink Dancers, Before the Ballet - Edgar Degas

Obra de Claude Monet

 Jinetes en la Playa, por Paul Gaugin

Amanecer en La Boca, por Quinquela Martín

El Lago de los Cisnes, obra de Kathy Wong

La Canción de Amor, obra de Antoine Watteau

Obra de Kikukawa Eizan

Día de Campo, por Albert Edelfelt

Marilyn, por Andy Warhol 

Reflective Moments, por Robert Hagan

The Swing, por Jean-Honoré Fragonard

Gather ye rosebuds, Waterhouse

 Los Bañistas, de David Hockney