Los Colores Transparentes de Paul Signac

Alguna vez fantasearon con llegar al otro lado del arco iris navegando en un velero? 

yo sí, pero con la condición de que el cielo me ofreciera siempre nubes rosadas. 

No pudo ser, pero como el arte tiene, en algunos aspectos, elementos de matemática, música y magia... quién sabe, no pierdo las esperanzas; quizás algún día todo se conjugue y logre hacer realidad mis andanzas. 

Estos fenómenos todavía no existen, pero por fortuna, cierto día el francés Paul Signac, quien vino al mundo en el Año del Señor de 1863, puso la rueda de los colores a andar. 

Al joven le encantaba pintar el mar, los pueblitos costeros, las tormentas eléctricas, los bosques de cipreses, los puertos y nevadas.

Sus acuarelas de veleros son tan románticas, de las mejores. Muchas de las obras del pintor neoimpresionista son de St. Tropez. Me encanta ver cómo eran los puertos y las ciudades hace 100 años atrás.

Pero todo cambió cuando conoció a Seurat. Signac quedó impresionado por los métodos de trabajo sistemático y se convirtió en su fiel partidario, amigo y heredero. Bajo la influencia de Georges Seurat, abandonó las pinceladas breves del impresionismo para experimentar con pequeños puntos de color puro científicamente yuxtapuestos, destinados a combinar y difuminar no en el lienzo sino en el ojo del espectador, la característica definitoria del puntillismo.

Junto a dos artistas más fundaron la Société des Artistes Indépendants. 

Y aunque logró mantener vivo el legado del puntillismo / neoimpresionismo, lamentablemente, Don Paul Victor Jules Signac, artista de la teoría óptica, cerró para siempre sus ojos en 1935.