Angelo Morbelli (1853–1919), pintor italiano nacido en Savona, dejó una huella profunda en el arte del cambio de siglo gracias a su compromiso con el realismo social. En sus lienzos retrató con gran sensibilidad la vida de los trabajadores, transformando escenas cotidianas en poderosos testimonios visuales de una época convulsa y en transformación.
Fue pionero en abordar temas sociales con una mirada crítica y empática hacia las clases desfavorecidas. Su evolución artística se consolidó al adoptar la técnica divisionista: pequeños puntos de color que, al fusionarse, aportaban luz, emoción y profundidad a sus obras.
Influenciado por Seurat y Signac, utilizó este método no solo para representar la realidad visible, sino también para transmitir la carga interior de sus personajes.
Don Angelo no solo pintaba: también alzaba la voz por la justicia y los derechos de los más vulnerables. Su obra, en muchos sentidos, fue un manifiesto de conciencia social.